Todos quienes nos interesamos en el mundo empresarial, sabemos que la capacidad que tiene una empresa de servir a otros es directamente proporcional a sus posibilidades para tener éxito. Pero ¿alguna vez tu empresa ha salvado la vida de alguien?
Déjame contarte una de las tantas anécdotas del CINE EMPRESARIAL, que demuestra que un programa de capacitación puede incluso, salvar la vida de las personas.
Nunca olvidaré esa tarde de cine en la que cómo todos los días, esperábamos a los colaboradores de una empresa. Nuestra dulcería olía a palomitas recién hechas, la sala estaba impecable, y en la pantalla se proyectaba el mensaje de bienvenida. Ese día me tocaba dirigir la función, así que cuando el grupo comenzó a llegar, llamó mi atención un hombre joven de no más de 40 años, que después de subir 12 escalones, entró por la puerta de la sala exageradamente agitado. No pude evitar preguntarle si venía corriendo o que ¿qué le pasaba? Me contestó que a últimas fechas se cansaba rápido y le costaba un poco recuperar el aliento. Entró, tomó un poco de agua y terminó de recuperarse.
La película programada para ese día era “La Responsabilidad Personal” de John Miller, en la que se habla de una técnica en 3 pasos que te permiten, dejar de ser una víctima de las circunstancias y te ayuda a tomar acción responsable de todos los aspectos de nuestras vidas: salud, familia, finanzas, autorrealización, espiritualidad, etc.
Comenzamos la “función”, y cómo parte de nuestra metodología de capacitación, empezamos con un diagnóstico que nos da el contexto sobre las ideas y conocimientos que tienen los participantes sobre el tema, y nos deja entender la manera en cómo lo viven en su vida diaria y su trabajo. Parte del proceso en este tema en particular, es que cada quien se autodiagnostique en 7 aspectos de su vida calificándose en un rango de 0 a 10, para identificar los aspectos que más atención necesitan.
Al terminar el diagnóstico, todos los participantes hicieron algún comentario sobre su experiencia con dicho ejercicio. Nuestro protagonista calificó su salud con un 6, su puntuación más baja. Terminamos la sesión de comentarios, integramos el diagnóstico y comenzó la proyección.
Esta película aporta varias ideas, pero la central es la técnica de “La Pregunta Detrás de la Pregunta”, que antes de presentar los tres pasos para ponerla en práctica nos advierte que la mayor parte de las personas hacemos preguntas incorrectas, sobre todo cuando las cosas no salen bien. Por ejemplo: si nuestros colaboradores no cumplen con las metas o no se comprometen con su trabajo, podemos hacer muchas preguntas irresponsables como: ¿por qué mi equipo no se comprometen con las metas? ¿Hasta cuándo van a tomar en serio su trabajo? Ambas preguntas son lo que llamamos “preguntas irresponsables”, porque no nos pone a nosotros como protagonistas de las acciones que nos ayudarán a solucionar los problemas.
Los tres pasos para poder hacer preguntas responsables son:
- Toda pregunta responsable empieza con: ¿QUÉ? o ¿CÓMO?
- Contiene la palabra “YO”.
- Se enfoca en la acción.
Por ejemplo:
¿QUÉ puedo YO hacer para ayudar a mi equipo a que cumpla con las metas de la empresa?
¿CÓMO puedo YO ayudar a mis compañeros para que se comprometan con su trabajo?
Dichas preguntas nos aleja de la victimización y nos acerca al liderazgo, porque nos permite hacer algo para mejorar aquello que no marcha bien y contribuir a que las cosas pasen.
Al terminar la película, comenzamos una dinámica en donde todos los participantes tenían que construir preguntas responsables para mejorar en los aspectos de su vida peor calificados, para responderlas y hacer un plan de acción.
Ya te imaginarás “la pregunta responsable” de nuestro protagonista, referente a su salud:
¿QUÉ puedo YO hacer para SENTIRME MÁS SALUDABLE?
La respuesta fue: “VISITAR A MI MÉDICO”
¿Qué crees que pasó cuando nuestro personaje visitó a su médico?
Ese mismo día fue programada su operación a corazón abierto para un triple bypass debido a una obstrucción arterial grave. Literalmente había pasado los últimos 3 meses al borde de la muerte. Sin embargo, su calificación apenas era de 6… ¡no parecía tan grave!
¡Nuestro programa de capacitación salvó su vida! Su empresa hizo preguntas responsables, tomó acción al buscar opciones para mejorar el conocimiento y la conciencia de su equipo de trabajo. Él, a través de una pregunta responsable, pudo ver con más claridad su situación y tomar acción inmediata.
Ese día me convencí de que un buen programa de capacitación, es tan importante, que puede incluso salvar la vida de las personas. Porque el conocimiento genera conciencia, y la conciencia nos permite ver, y hacer las cosas de otra manera. Y eso nos lleva a resultados diferentes.
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GRACIAS POR LEERNOS.
PON EN PRÁCTICA LA RESPONSABILIDAD PERSONAL A TRAVÉS DE LA P.D.P.
NOS ENCONTRAMOS PRONTO.
DAVID LUVIANO GÓMEZ
FUNDADOR DEL CINE EMPRESARIAL
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