Metodología

El empresario (o el cuerpo directivo) suele estar esclavizado por su trabajo. Constantemente requiere entrar a la cancha a realizar actividades que no le corresponden, y se descubre como el cuello de botella más importante en la organización. Más aún, un estudio que realizamos a lo largo de 4 años nos demostró lo que ya intuíamos: la cabeza conoce solamente entre el 5% al 10% de los problemas que aquejan a la organización. Apoyar a que la cabeza de la organización tenga calidad de vida y un entendimiento claro sobre cómo liderar sin sobrecargarse es una de las prioridades de nuestro proceso.

Todas las organizaciones tienen un diseño, sea intencional o no. Y ese diseño determina sus resultados. Cuando las reglas de operación y comunicación no están claras, surjen múltiples cuellos de botella, conflictos operativos y errores evitables que cuestan tiempo y dinero. Pero además, se pierde la posibilidad de capitalizar e integrar de manera colectiva, el conocimiento y experiencia acumulado por un grupo humano que aprende y se adapta constantemente. Entender el diseño adecuado para tu organización, y hacerlo claro para todos es un paso principal para revolucionar tus resultados, y llevarte a niveles históricos de productividad, rentabilidad y crecimiento.

Soñamos con un equipo de alto rendimiento. Invertimos en programas de capacitación que no dan los resultados esperados. La clave es la cultura. Sólo cuando logramos integrar una cultura organizacional logramos desarrollar una conciencia en nuestra gente. Y si conciencia es responsabilidad, responsabilidad es compromiso. Y el compromiso es la clave para el desempeño de cualquier equipo.