Ante la nueva realidad en el mundo empresarial, la competencia deberá ser menor cada vez.
Hasta hace poco tiempo, los empresarios defendíamos a tambor batiente la idea de competir por la preferencia de nuestros clientes, lo que ha sido además, uno de los grandes principios en el ejercicio de la libre empresa. Pero ¿qué pasa si no sólo las reglas del juego cambian, sino también cambia el tablero de juego? Podríamos decir que ese fue uno de los tantos cambios que esta nueva realidad nos trajo.
Para entender esto resulta muy importante ubicarnos en la parte de la historia que nos corresponde vivir. La 1era. Revolución Industrial se trató a grandes rasgos, de cómo hacíamos lo que hacíamos, y nos llevó a automatizar algunos procesos de la línea de producción, incrementando nuestra capacidad productiva. La 2da. Revolución Industrial nos permitió optimizar dichos procesos con la llegada de la energía eléctrica. Y la 3era. llegó con la conectividad y apertura que los tratados internacionales y el internet le trajeron al mundo. Ahí nos mantuvimos durante varias décadas, lo que nos permitió desarrollar la industria vertiginosamente y fortalecer el concepto de globalización. La 4ta. Revolución industrial tá cayendo cómo rayo en medio de una tormenta, porque tenemos TODO para prosperar en la industria, pero nos falta entender la pregunta que debemos hacernos, porque las primeras 3 revoluciones industriales versaban de qué y cómo hacíamos lo que hacíamos, pero esta revolución nos invita a pensar: “¿EN QUÉ QUEREMOS CONVERTIRNOS CÓMO ESPECIE?”.
Ahí es en donde el modelo de competencia que conocemos hasta hoy y que en teoría pretende beneficiar al consumidor, debe evolucionar y convertirse en un modelo de “MONOPOLIO COOPERATIVO”. Porque sin dejar de poner en el centro a la persona (y por persona entiéndase: clientes y colaboradores), debemos considerar que ante la realidad que hoy nos interpela, debemos responder con gran creatividad, valores de solidaridad y el bien común cómo eje rector. ¿Qué beneficia más al cliente?
1. 100 empresas que compiten entre sí.
2. 100 empresas que se consideraban competencia y se unen para resolver en conjunto y de mejor manera las necesidades del mercado.
3. 1,500 empresas unidas que compitan de manera directa o no, pero que se han puesto cómo objetivo, mejorar la experiencia global de un usuario que tomó una decisión de compra. (A esto llamo un Monopolio cooperativo)
Pues caben en él, todas aquellas empresas que tienen como objetivo común perfeccionar y alargar en el tiempo la experiencia de compra de un cliente que tomó la decisión de adquirir un bien o servicio.
Ejemplo:
Un cliente compra un vehículo con una empresa que forma parte de un monopolio cooperativo, lo que le permite acercar al cliente empresas que mejoran su experiencia en el tiempo, cómo empresas de financiamiento para comprar y vender el vehículo, aseguradoras, empresas de mantenimiento, compra de autopartes, llantas, pintura, clases de manejo defensivo, equipo de seguridad, rastreo satelital, GPS, aditivos, gasolina, lubricantes, tramitología y regulación, etc, etc.
Y lo mismo aplica para cualquier sector en la industria, razón por la cual quisiera reiterar que los monopolios cooperativos requieren de arraigados valores éticos, y no perder de vista que el objetivo es el bien del consumidor, siempre y cuando contribuya a mejorar su experiencia de compra. Múltiples empresas en sus diferentes tamaños y complejidades, pueden formar parte del monopolio. Es muy fácil entenderlo si pensamos en una cadena alimenticia a la inversa, en la que el empresario más chico no es devorado por los más grandes, sino impulsado al desarrollo y la cooperación, lo que permite que las empresas más grandes no busquen devorar a las empresas pequeñas y medianas, sino que más bien contribuyen en su desarrollo, que hace las veces de acelerador de competencias y habilidades.
Hoy más que nunca es necesario definir nuevos conceptos en todos los ámbitos de la vida para paliar la crisis que vivimos, y con acción, cambiar la forma de ser y estar en el mundo. Ya no es suficiente enfrentar al análisis la información adecuada, ni el razonamiento correcto. Los tiempos que corren nos obligan a pensar fuera de la caja y construir nuevos paradigmas empresariales que nos ayuden a convertirnos en la especie que nuestra propia dignidad humana merece.
Por eso el modelo de capacitación y desarrollo que proponemos en el CINE EMPRESARIAL, pretende ir a la consciencia de las empresas para ejercer la creatividad y la disrupción, y abrir los ojos a nuevos modelos de gestión que nos permitan tomar decisiones acertadas para el bien de nuestros clientes, y por ende de nuestras empresas. Porque el éxito de una empresa, radica en su capacidad de cambiar para bien la vida de sus clientes y colaboradores.
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